Esta no es una obra demasiado técnica. Está diseñada para estudiantes de seminario y para aquellos que se toman en serio su responsabilidad de interpretar las Escrituras; pero no añade nada al conocimiento de los expertos. Quizá debería añadir que el título, Falacias exegéticas (y no Falacias hermenéuticas), se concentra en el practicante. A riesgo de hacer una disyunción muy simplificada, diré que la exégesis se preocupa realmente de interpretar el texto, mientras que
Page 31